Frutamiel

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sábado, 30 de noviembre de 2013

El primer viaje de las abejas al espacio.


3300 abejas y una abeja reina fueron introducidas en la lanzadera espacial Challenger en abril de 1984, junto a la tripulación de astronautas.


Dans Poskevich. Fuente: http://www.nasaimages.org

En este vuelo, denominado STS 41-C, se desarrolló un programa de estudiantes (shuttle student involvement program). El objetivo era comparar cuantitativamente el tamaño, la forma, volumen y estructura de la pared de los panales, es decir, cómo construyen las abejas los panales en ausencia de gravedad. Un estudiante del instituto tecnológico de Tennessee, llamado Dan Poskevich, pensó que sería interesantes observar el comportamiento constructivo de las abejas Apis mellifera en condiciones de microgravedad, para extrapolarlo a otros insectos como avispas.

En las fotos se puede apreciar la pequeña colmena donde viajaron las abejas. Por supuesto, no era como las que se ponen en el campo, donde las abejas pueden salir al exterior. En este experimento, su espacio se limitaba a la pequeña caja. En la “colmena espacial” se colocaron junto a las abejas, dos cuadros de cera vacíos, y se alimentó desde dentro con una mezcla de agua, sacarosa y agar. El agar era necesario para que la mezcla agua- sacarosa fuera semisólida, ya que en condiciones de microgravedad el agua y la sacarosa estarían en forma de gotas suspendidas y provocarian que las abejas se volvieran medio locas persiguiendo su alimento. La reina iba también encapsulada, suponemos que para evitar que se dedicara a poner huevos en el espacio. También se simuló que había día y noche. ¿Podrían construir las abejas sin gravedad su panal?


Panal de abeja

De los resultados de este experimento nos quedamos con lo siguientes observaciones realizadas por los astronautas en la colmena:

- Las abejas sobrevivieron al lanzamiento y en la semana que duró su estancia espacial, aprendieron a volar en condiciones de microgravedad.

-Las abejas no hicieron sus necesidades dentro de la colmena, es decir, aguantaron toda la semana. Las abejas, gozando de buena salud, poseen un instinto natural que les indica que no debe ensuciar el espacio donde viven. La limpieza de los cuadros de cera y el interior de la colmena fue comprobada por los astronautas al terminar el vuelo.

-Menos de un 10% de las abejas en la lanzadera especial murieron durante esta semana.

-La reina fue liberada de su encapsulamiento por las obreras y se lanzó a poner algún huevo que no prosperó, no sabiendo muy bien si era debido a las condiciones de microgravedad o a lo anómalo de la situación.

-Se produjeron los primeros 250 gramos de miel en el espacio, a partir de la mezcla agua-sacarosa que se les incluyó a las abejas dentro de la colmena.

-En cuanto al tamaño de la celdillas construido, la conclusión es que lo hicieron de un espesor de pared mayor que en la tierra, y de un diámetro medio más pequeño, aunque la profundidad de la celdilla fue igual que la terrestre. Su “miel” fue almacenada en las celdillas.

Conclusión del vuelo de las abejas en el espacio: Las abejas cumplieron su misión, adaptándose perfectamnte a las condiciones de microgravedad, construyendo sus panales, demostrando su capacidad de aprender y adaptarse a las nuevas condiciones.

Según la NASA, quedaría pendiente el hacer una estancia más larga para asistir al primer nacimiento de una abeja en el espacio y estudiar los vuelos de la abeja en condiciones de microgravedad en espacios más amplios que en la pequeña caja.

En la dirección http://lsda.jsc.nasa.gov/scripts/experiment/exper.cfm?exp_index=914se pueden ver los resultados completos del experimento en inglés.

En la foto, aparece el astronauta James D. van Hoften examinando la colmena “espacial”.

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