Frutamiel

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sábado, 30 de noviembre de 2013

Los faraones, la abeja y los jeroglíficos egipcios

Abeja-en-jeroglífico-egipcio
Abeja-en-jeroglífico-egipcio




Muchas cosas se pueden decir de la presencia de las abejas y los productos de la colmena en la cultura del antiguo Egipto. Habrá tiempo en otros artículos para hablar de los manuscritos de Tebas, la miel encontrada en la tumba de Tutankamón, la utilización del propóleos en los rituales de embalsamiento, el uso medicinal de la miel o su presencia en las ofrendas a los dioses.


Pero hoy nos centraremos en los jeroglíficos egipcios, que surgieron alrededor del año 3200 a.C. En ellos están presentes todas las expresiones de la vida, desde la piedra hasta las estrellas, pasando por el ser humano y el animal (abeja incluida), y todos son considerados lo suficientemente sagrados para convertirse en jeroglíficos.


El jeroglífico egipcio es una escritura figurativa (en ocasiones un dibujo de una abeja es una abeja) pero también es una escritura simbólica en determinadas frases, como cuando se asocia la figura de la abeja con la del faraón, y es una escritura fonética, cuando los signos se utilizan con esta finalidad.





Abeja-egicpia, ilustración por Gelosoi


El faraón era considerado como una entidad simbólica, una gran morada para acoger a los individuos del pueblo de Egipto, de los que el faraón era el refugio protector. Se representa por dos expresiones jeroglíficas: el de la caña, por su capacidad para elaborar una gran cantidad de objetos, útil para el pueblo yBIT, el de la abeja.


Dicha asignación asimila el rey de Egipto a esta criatura extraordinaria, la abeja, que construye su vivienda según leyes geométricas rigurosas, observa una jerarquía inamovible y se comporta como un verdadero alquimista que produce el oro líquido, la miel. Además las abejas permiten que existan flores; si la abeja desapareciese, también ellas desaparecían.


Ahora bien, recordemos que la flor, significa UN, existir. Gracias al faraón abeja es posible la existencia. Los antiguos egipcios sentían pasión por las flores. Su sueño era poseer un jardín florido, que ofrecía sustancias indispensables para la preparación de medicamentos. La misma raíz BIT, la abeja, sirve también para escribir “la buena acción” el buen carácter, el ser de calidad, ¿ no se describiría así a un buen faraón?


La siguiente ilustración procede de la tumba del visir Rekhmara, año 1450 a.C., y muestra a dos artesanos preparando sus pasteles de miel. Sin embargo, según los expertos, el uso más habitual de la miel en el Antiguo Egipto era como medicamento, apareciendo como ingrediente en gran cantidad de remedios. Los productos de la colmena se consideraban raros en Egipto y tenían un precio elevado. Contrariamente a una idea extendida, los egipcios no endulzaban sus alimentos con miel sino con jugos de frutas (en particular el dátil y la algarroba).





Pintura egipcia, Ilustración: Gelosoi


Toda apunta a que la mejor representación del faraón tenía que ser una abeja, ya que parece aunar todos los conceptos atribuidos a los faraones (permiten que la vida exista, sanan a sus súbditos utilizando la miel, mantienen una jerarquía dentro de la sociedad). ¿No habrá que llamar a la abeja reina la abeja faraona?


Para saber más:


- Christian Jacq. El enigma de la piedra.


-Bee Wilson. The hive.

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